El
pasado 17 de marzo, Izquierda Unida y el partido de Rosa Díez fueron derrotados
en su inveterada reivindicación de que se acometa un cambio en profundidad de la Ley Orgánica del
Régimen Electoral General (LOREG), elaborada en 1985 y que asigna a estas dos
formaciones una representación mucho menor de la que les correspondería por su
número de votos.
Las
desigualdades en la atribución de parlamentarios hacen que un diputado de IU
precise 480.000 votos para sentarse en el Congreso, UPyD necesite 300.000 y,
sin embargo, cada representante del PSOE o el PP obtenga un escaño con poco más
de 65.000 papeletas. Socialistas y conservadores -unidos a CiU, PNV y CC- rechazaron
corregir la desproporcionalidad del sistema en la subcomisión del Congreso que
estudia la reforma de la LOREG
y que ya no cuestionará la espina dorsal de esta ley. "PSOE y PP se han unido para tumbar la reforma. Han consagrado la ley del embudo, lo ancho para
los mayoritarios y lo estrecho para IU" -denunció Gaspar Llamazares a Público-.
Han dado un portazo, han
dicho no a todo, a que el Congreso crezca a 400 diputados, a cambiar la fórmula
D'Hondt por otra más proporcional, a rebajar de dos a uno el número de escaños
mínimo por provincia..." La maquinaria funciona, aunque tenga sus
deficiencias, replican el resto de grupos, encabezados por los dos partidos
mayoritarios.
El PSOE y el PP actuaron en esta ocasión como una sola voz para blindar el statu quo del sistema electoral. Sólo dos semanas antes, el Pleno del Congreso rechazaba -también con el voto en contra de socialistas y conservadores unidos a los grupos nacionalistas- una petición de UPyD para pedir una Ley Electoral más justa. "Lo que urge corregir es que el voto de mi vecino, que elige al PNV, valga seis veces más que el mío", recalcó su portavoz, Rosa Díez. El PSOE calificó de "extemporánea, contradictoria e inoportuna" la iniciativa.
El PSOE y el PP actuaron en esta ocasión como una sola voz para blindar el statu quo del sistema electoral. Sólo dos semanas antes, el Pleno del Congreso rechazaba -también con el voto en contra de socialistas y conservadores unidos a los grupos nacionalistas- una petición de UPyD para pedir una Ley Electoral más justa. "Lo que urge corregir es que el voto de mi vecino, que elige al PNV, valga seis veces más que el mío", recalcó su portavoz, Rosa Díez. El PSOE calificó de "extemporánea, contradictoria e inoportuna" la iniciativa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario