Los sindicatos dicen que el 75 % del sector público secunda la huelga, el gobierno dice que solo el 11%, pero en cualquier caso somos muchos compañeros y compañeras, docentes y de otros ámbitos laborales, comprometidos con los objetivos que se persiguen con esta huelga: "
Decir no a los recortes salariales y sociales y manifestarse en contra de la política económica del gobierno".
Otros, sin embargo, no creen necesaria esta lucha o la consideran inútil, quizás porque todavía no se ha hecho palpable lo que representan estas medidas concretas del Gobierno de España. Estas medidas han sido adoptadas para satisfacer a los insaciables del capital, a los amantes del dinero que carecen de escrúpulos, y pretenden estrangular aún más a los más débiles, a la clase trabajadora, a los pensionistas, a los que nada han tenido que ver con la crisis y que sin embargo están ya sufriendo sus consecuencias. Vamos a asistir en las próximas fechas a una reducción bestial del consumo y a una falta de inversiones lo que producirá importantes cierres patronales con sus consecuentes despidos al "por mayor". Esto va a ser imparable. Primero fueron 90.000 millones de euros para la banca, ahora son los recortes en prestaciones (salarios primero y reducción de plantillas luego: menos personal sanitario, menos profesorado, menos investigación, menos atención social, menos presupuesto en bienes sociales, menos, menos,....).
Yo, hoy estoy en huelga para manifestar claramente el rechazo al Decretazo. El gobierno debe saber que tiene que adoptar un nuevo rumbo en su política para salir de la crisis y que sobre todo no debe "jugar" con los servicios públicos que garantizan la equidad y la igualdad de toda la población. Los derechos laborales no deben ser aniquilados de un plumazo. Hay otras medidas posibles. El déficit público se puede reducir ingresando más de quien más tiene y más se alimenta de esta crisis y no robándoselo a los más débiles.